UNA SIMPLE VICTORIA. . .

09.08.2015 22:42

Agosto 1 / 2015

          AMÉRICA 1 -- SANTANDER 0

 

 

UNA SIMPLE VICTORIA. . .

 

                            "Sos de la B me gritan, sos de la B me cantan; como si no lo supiera"

 

Llegamos a la cancha con la necesidad de saciar una angustia prolongada, como si nada, nada hubiera pasado.  Extrañando el Pascual, con todos los sentidos impregnados de rojo.  Llegamos a la cancha con el anhelo de ver al equipo embestir como  el grupo niche pregonó insaciablemente en el himno de fe y alegría.  ¡VAMOS ROJO, VAMOS!

 

El entrenador, tal vez sintiendo cerca su partida dispuso un equipo ofensivo en la cancha con la única consigna de golear.  Tres delanteros y detrás de ellos nuevamente Urueña, quien está muy cerca de ser el coco Palacios de esta campaña.   Sin embargo, y pese a las buenas intenciones de Velasco, el equipo como ha sido costumbre no respondió a su predecible e improvisada idea de juego.  La tarde se consumía entre desaciertos en zona media a donde regresó Tapiero, escaso juego de banda, desorden ofensivo y tímidos aplausos que salían de una tribuna herida.  45 minutos tirados al cesto de la basura y solo una opción clara de anotar, un resumen que se vuelve repetitivo.

 

El sinsabor es evidente.  La hinchada sigue cansada de todo esto, estamos hartos de que no traten con seriedad lo que para nosotros es una parte vital del ser.   

 

Neider ingresó a la cancha en lugar de Mercado y con él algo de futbol, pausa y orden en busca del gol.  El equipo mejoraba levemente pero no era suficiente, fue un destello fugaz porque el rival (al que seguramente denominaran como un “equipo brillante”) se ordenó, lo neutralizó y de nuevo enredó el juego coqueteando al empate. 

 

Los cambios que ya empiezan a ser predecibles tomaron su lugar pero sin ser determinantes en el trámite que con cada segundo se veía más oscuro.  Entonces, en el ocaso de una tarde que iba a ser histórica, Neider movió poéticamente su pequeño cuerpo y lanzó un verso redondo a lo profundo, allí lo recibió Ayron para hacerlo rimar con el estribillo endemoniado de una tribuna feroz y convertir aquella secuencia en un verso maravilloso de un poema desastrozo: “GOOL HP”.  Es un instante que olvidas la incapacidad del entrenador y te entregas a los brazos del gol.  Un segundo en el que perdonas momentáneamente la tiranía absurda para sentirte más rojo que Orteguita. Un instante efímero, porque cuando la efervescencia baja, ves al equipo de nuevo sumido en sus deficiencias.

Imagen: Deportes el paìs

 

El tiempo restante se agotaba con el temor como protagonista.  ¿Y si nos empatan? Finalmente no hubo tal y el equipo se quedó con un resultado refrescante para el entrenador y una simple victoria para la hinchada que se retiraba tan impaciente como llegó.

 

El resultado de nuevo acompaña un proceso mentiroso.  Lo lamentable es que cuando los resultados han requerido de fútbol, este no ha aparecido y a la hora de los totes el chorro de babas ha sido tan caudaloso como esta agonía.  Ya lo vivimos con Umaña, López y ahora como un pueblo vago que está condenado a repetir su pasado, lo sufrimos con Velasco.  Grandes objetivos como el que nos ocupa requieren grandes decisiones que en cuatro años no se han tomado.  Lamentable.

 

Regresamos felices por esta simple victoria.  Gracias rojo querido.

 

 

Saludos y gracias por leer estas líneas.

 

 

MAURICIO BERMÚDEZ --- @MBER226

 

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