UN ESTADO DE ÁNIMO. . .
PEREIRA 1 -- AMÉRICA 0
UN ESTADO DE ÁNIMO. . .
"Hoy es un día de esos en los que creo con profundo dolor, que llegará primero la pensión del coronel que el ascenso de América"
Después de una semana fresca por cuenta de los recientes resultados y la ligera, casi imperceptible mejoría en el juego, el equipo y su gente llegaban a Pereira, la casa del líder, donde por algo más de una década no recogíamos una victoria. ¡Vamos a ganar!
El rojo, lleno de jugadores de experiencia, con una camiseta más pesada, salió a esconderse permitiendo que el rival, lleno de jóvenes briosos le inclinara la cancha. Lamentable. Inaceptable. Atroz. Nuestra defensa siguiendo su sana costumbre de ponerse en ridículo, se empeñó en la búsqueda del gol del Pereira. Dairín, el lerdo Dairín y Viáfara, el inerme Viáfara, brillaron en esa gestión.
El equipo se retiró de la cancha donde no hubo una sola reseña de ataque. El América de este primer tiempo no fue capaz de armar si quiera un chisme. Todos atrás, recogidos, arrugados. ¿Por qué echa el equipo atrás Suárez? ¿Visitante? ¡Entiéndalo de una buena vez! Mire las tribunas, escuche el aliento; América N U N C A es visitante en esta categoría de mierda. A nuestro equipo lo hace visitante planteamientos mezquinos como el de hoy. La ilusión de pasar por encima del Pereira y hacerles tragar ese invicto del que se jactan como si fuera gran cosa, se desvaneció con el siniestro primer tiempo. El estado de ánimo que minutos antes era efervescencia pura se estalló con un madrazo bien articulado. Esto es América.
Imagen: Diario del Otún
Afuera Ayron. Adentro Urueña. El equipo se adelantó unos metros y disputó el balón. El ánimo volvía a crecer. A veces los hinchas somos prostitutas que se regalan por un par de toques de balón y una que otra aproximación. Es como si nos tiraran una pared y se olvidara el maltrato del primer tiempo. Fue solo un engaño esos primeros minutos, porque aunque el equipo se aproximó levemente al arco rival, el culillo lo llevaban por dentro. Amilkar salió expulsado y acto seguido Montaño, un lateral izquierdo mejor que Viáfara, Balanta, Mafla, Ortiz y todos esos malazos que han pasado por esa punta, dejó regados en el camino como una mata de ahuyama a Urueña y Subero, lanzó el centro y un joven de amarillo marcó el gol que sentenció el ánimo de esta noche.
El equipo ni su entrenador se sacudieron. Es que no hay rebeldía ni amor propio. Hay jugadores que se cortan y no les sale sangre. El equipo no reaccionó y se conformó con lidiar una derrota ajustada que seguro justificarán. Fin del partido que nos deja a 11 puntos de la punta y a cientos de leguas del objetivo, porque como diría Diego Simeone “Se juega como se entrena”, y este América parece que no entrenara y estuviera esperando la nueva sede en Candelaria para ponerse a trabajar y tomar al fin esto en serio.
Me costará conciliar el sueño y mañana será el primer día de una semana llena de reproches. Cuando salimos derrotados de una cancha, momentáneamente la vida se me va por un sifón y cuando perdemos como esta noche el camino a la cañería es más largo y desolador. América es un estado de ánimo.
Saludos y gracias por leer estas líneas.
MAURICIO BERMÚDEZ / @MBER226