SINTIENDO CERCA EL ASCENSO . . .
Noviembre 18 / 2015
BUCARAMANGA 1 -- AMÉRICA 1
SINTIENDO CERCA EL ASCENSO . . .
"Sos de la B me gritan, sos de la B me cantan; como si no lo supiera"
La última vez que sentí el ascenso cerca palpitando junto a mí estaba de pie, nervioso y acelerado en una tribuna del Pascual. Mendoza, al borde del área picó el balón dejando mano a mano a Trujillo que no había sufrido la inclemencia del juego (…) Respiré hondo, todo se detuvo en ese instante, el cielo se abrió por un momento como si Carlitos Montoya y Usuriaga desde arriba quisieran ver el gol. Sentí el ascenso, las ganas de gritar. Sentí el corrientazo en la cabeza. Sentí cerca el ascenso.
El equipo aún con la resaca del domingo saltó seguro a la cancha donde una batalla desplazaría a un simple partido de fútbol. Rojos y amarillos estaban nerviosos, si había un vencedor el otro jugaría un año más en la B. El local peloteaba el balón que botaba como una pelota de golf en una cancha de micro. Se peleó con el balón y se peleó sin el balón donde las tarjetas se elevaron para bajar la temperatura. El local lo intentó, estuvo más cerca. El visitante combatió, siguió el diario de guerra que ordenó el banco. Fue una gran batalla tan honesta como leal.
Sentí el ascenso cerca, no palpitando al lado, pero lo sentí. Tal vez porque tenía la certeza que no íbamos a perder este partido.
La intensidad seguía acompañando la batalla que no tardaría en cobrar sus primeras víctimas. El rojo, a pesar de estar atrincherado, trató de imponerse en la mitad. Néider regaba el balón y adelante Farías combatía como cualquier recluta. Mis respetos para este señor. Sin embargo, nuestros defensas centrales no daban garantías. Por naturaleza les rebota el balón y en esta cancha la zozobra era doble, en cualquier momento podría llegar la pifia y con ella la escritura de otro año en la B. Somos unos verracos para lograr el ascenso con esos zagueros.
Néider levantó un tiro de esquina que Dairin peinó agachándose y recibió Farías, voraz, certero para desviarlo y hacernos sentir este bendito ascenso cerca. Gol de un macho que no sabe conjugar el verbo arrugar. Golazo Farías. Golazo argentino de mi corazón.
El rojo se montaba en un juego duro, de esos que recuerdan los equipos campeones. Por desgracia a los setenta y cinco segundos la pifia llegó; Dairin presumió de Cafú y la perdió, Amilkar se enredó y no despejó, y Bejarano que no estaba mirando el balón cuando lo vio debió sacarlo del fondo. Cómo carajos nos aplican la misma del domingo. ¡Despierten! El ascenso está cerca, lo siento cada instante de este noviembre distinto y ustedes nos salen con estás. Qué esfuerzo tan arrecho para marcar un gol y ustedes se lo petaquean en un segundo. ¡Despierten! ¡Espabilen! ¡Pellízquense los testículos! No espanten el ascenso que está cerca, que se siente, que quiere llegar. ¡Reaccionen!
El rojo se empezaba a quedar sin respuesta mientras Bucaramanga refrescaba su ataque. Stewart casi nos los empaca haciéndole con un palo chite, chite, a nuestro ascenso que como un perro callejero hambriento no se quita de la puerta, se rehúsa a marcharse, porque está cerca y esta vez no se va a ir.
La última vez que sentí el ascenso cerca palpitando junto a mí estaba de pie, nervioso, esperando el final de una batalla. Lucumí, que relevó a Néider, desbordó por derecha y centró un balón que Farías cazó con su cabeza y Mosquera detuvo. Se salvaron.
Sentí el ascenso, las ganas de gritar. Sentí el corrientazo en la cabeza. Sentí cerca el ascenso.
Saludos y gracias por leer estas líneas.
MAURICIO BERMÚDEZ --- @MBER226