SIN FÚTBOL NO HAY ASCENSO. . .
31.08.2015 07:27
Agosto 24 / 2015
EXPRESO ROJO 1 -- AMÉRICA 1
SIN FÚTBOL NO HAY ASCENSO. . .
"Sos de la B me gritan, sos de la B me cantan; como si no lo supiera"
Llegamos a Techo a ver aquello inexplicable que nos hace felices y fecha tras fecha nos hace peregrinar. Soy del rojo, somos del rojo. ¡VAMOS AMÉRICA! Vamos a golear.
Hoy empieza otro nuevo sendero que nos conducirá a la salida de este agujero absurdo. Sin embargo, el rojo vestido de un negro glamuroso no lucía con la intención de lograrlo. Confundidos y peleados con el balón vieron como un equipo modesto les plantó cara y antes del cuarto de hora ya estaba encima del marcador. . . No hubo reacción, no hubo actitud, no hubo fútbol, no hubo dolor, ni siquiera vergüenza frente a la plegaria vaga de güeeeevos, güeeeevos que salía ondulada de la tribuna herida. Corrían y se tropezaban. Yesus el encargado de regar con fútbol el césped otra vez le quedó grande ese rol. Los laterales no aportaron y el ataque fue apenas una mezcolanza de desatinos. Sin fútbol no hay ascenso.

Por el momento, las circunstancias y la expectativa; este ha sido el peor primer tiempo en muchos, muchos años.
–¡Vamos a remontar!— grité desaforado mientras silenciosamente el sensato oculto bajo mi camiseta Kappa señalaba lo contrario.
Esperaba tres cambios de entrada y un sacudón en la cancha como coletazo de una charla técnica acalorada. Si hubo tal, se quedó en el camerino porque a la cancha saltaron de nuevo los mismos once llenos de esa actitud timorata. Apenas al ingreso de Neider fue una gota de fútbol en este desierto siniestro, buscó la formar de juntar los iones de negro dispersos en la cancha y llevarlos al arco del frente. Así es muy fregado mi hermano, porque mientras el rojo paría piñas para acercarse a norte, el penúltimo del campeonato era eficiente para llevar peligro al arco del inseguro Bejarano de hoy.
Parecía que Suárez enviaba un orden y los jugadores la omitían. Parecía que el dolor que la hinchada reflejaba alimentaba su cinismo. Parecía que nunca íbamos a empatar.
Unos pocos prefirieron retirarse de la tribuna y cortar de una vez esta agonía. Otros apenas podían articular un madrazo coherente. Algunos seguían ilusionados como la primera vez y unos tercos albergaban la esperanza de un ataque súbito de fútbol. –Vamos a remontar—, por quinta vez en la noche me mentí.
Salvo una doble opción de Mercado y Montaño, el equipo en la cancha no encontró el rumbo y la derrota inminente lamía desafiante nuestro orgullo. Aferrado a mi silla como un zombi pero con el alma destrozada cruzando las Américas, vi como Canosa de un rebote marcaba el empate y rescataba un punto. Como cualquier Popayán, Bajo Cauca o Lanceros, algunos jugadores celebraban ese gol como si le hubieran marcado al Barcelona de Pep. ¡Qué tristeza!
Esta es una de esas noches en las que siento con profundo pesar que el ascenso está muy lejos, incluso con dolor siento que nunca vamos a ascender, pero por fortuna o por desgracia tal vez, mañana a la hora del primer café habré olvidado esto y estaré aferrado de nuevo a la ilusión majadera de ascender. Vamos América no jodas más, vamos a jugar fútbol maldita sea, porque sin fútbol no hay ascenso.
Saludos y gracias por leer estas líneas.
MAURICIO BERMÚDEZ --- @MBER226
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