AMÉRICA 1 -- SANTANDER 0
LA HOJARASCA. . .
"Amar esta camiseta es el acto más puro que existe"
La respiración se aceleró progresivamente. El galope del corazón fue más intenso. Los minutos pasaban lentos en busca del primer toque de balón. –Ya nos vamos a ver, ya nos vamos a ver de nuevo– repetía sin tregua la voz jadeosa que no para de alentar. El equipo dio la cara al vacío poético del Pascual y ante su mudez elocuente, tocó el balón. Acá estamos, buscando la gloria. Incondicionales, manchados de vergüenza hasta el fémur. Acá estamos porque la necesidad de verte siempre es más fuerte ¡VAMOS AMÉRICA!
Antes de cinco minutos prometedores, Ferreira, de guapo, ganó un balón cuyo rebote cayó en los guantes de Néider al borde de área. Levantó la mirada, exhaló, y la acomodó en la cabeza del debutante Rivelino, quien se levantó, se sostuvo, balanceó su cuerpo y con su cabeza lanzó un disparo de bayoneta que solo encontró fin en la red. ¡Golazo! ¡Golazo! Cómo no gritarlo si lo esperaba con ansías y contaba las horas para verte de nuevo. ¡VAMOS AMÉRICA!
Entonces, la hojarasca continua del último tiempo eclipsó ese inicio fulminante. La pereza, los errores de entrega y la apatía se comieron la cancha. El rojo perdió interés en el partido. Parecía que fuera suficiente y que tuvieran que dosificar para quién sabe qué. El rojo ausente caminó sobre el césped sin encontrar gotas de fútbol frente a un rival de esos que no les cabe ni siquiera la segunda división. Un primer tiempo horrible.
Esperaba la mano del técnico para enderezar esta calumnia y poder escribir que el equipo regaló 45 minutos y en los segundos liquidó, paseó y goleó a su rival. ¡Qué inocencia! No hubo tal. El rojo siguió su andar cansino e indolente. Por dios, es el debut, finjan que les importa nuestro objetivo. Falta un año. Nos faltan 35 partidos, por favor, hágannos digna esta condena, ¡Jueguen!
Por incapacidad del rival y mínimos asomos individuales el rojo estuvo cerca del segundo. El reloj no se movía, un minuto eran 90 segundos al que se le sumaban 20 con cada bostezo. Un segundo tiempo laaaargo y espantoso Qué equipo amorfo el que se presentó esta noche, qué lamentable estreno el de hoy.
Ganamos un partido al que le sobraron 92 minutos y una charla técnica. En el arqueo de esta victoria mientras anotamos los tres puntos en la casilla de activos, la única reflexión posible es que andaremos de cancha en cancha sin saber que nos espera. Ojalá lo de hoy haya sido pánico escénico a las tribunas abrumadoras del Pascual Guerrero.
Como hace cuatro todo empezaba en el Pascual contra Santander. Por aquel entonces la gente poseída por el fenómeno “yo acompaño” caminaba fervorosa al Pascual para iniciar de la mano del rojo el camino de vuelta a primera. . . Aquella noche ni siquiera imaginábamos la hojarasca que nos esperaba.
Saludos y gracias por leer estas líneas.
MAURICIO BERMÚDEZ / @MBER226