HACE TRES AÑOS; HACE TRES MESES. . .
HACE TRES AÑOS; HACE TRES MESES. . .
Este equipo después de tres meses volvió a sentir el piso firme de una victoria.
Como si tres años no hubiesen hecho grieta en el alma escarlata, como si pretendieran hacernos olvidar que no se les dio la gana ascender, que querían este año en la B. Como si el sufrimiento fuera minúsculo y de un día para el otro tacháramos la deshonra que nos han hecho vivir. Así, como cada inicio de temporada con la expectativa propia del deseo profundo me encuentro sentado solo en una fría gradería, pensando en el Rojo, buscando explicaciones a lo inexplicable. Es el minuto seis del partido y por primera vez en mi vida veo a Palacios lanzar un buen centro. Un gol frio como la noche, 1-0 en seis minutos.
El regreso de Viera y una zaga de tres (Sin Tardelis por fortuna) que por ratos se volvía cuatro y cinco la variante más notoria en este rojo 2015. El joven Lucumí asociado con Palacios por derecha era profundo y Urueña con sus volteretas acostumbradas trataba de buscar fútbol que en su mayoría se dio cuando el equipo despegaba veloz desde su campo. Bien, los mismos muertos de hace un mes hacían un buen partido. Tan raro. Tapiero por poco hace el gol de su vida y minutos más tarde Urueña se comió de forma miserable el segundo. ¡Pegale HP!
El joven Lucumí de excelente torneo suramericano marcó el segundo a pase de Urueña ratificando que será un jugador vital en esta campaña y mucho más valioso para quienes desean venderlo y recaudar algunas moneditas por su trabajo altruista. El equipo fue serio en la cancha y dosificó esfuerzos, atrás fueron siempre cinco y delante de ellos tres más. Bien, los mismos muertos de hace un mes administraban el juego. Muy raro. De repente y mucho antes de lo esperado, Neider Morantes, quien estaba sin equipo en diciembre, preparaba su ingreso en zona de traslado con el número que hizo grande Frankie Oviedo.
Y como si sus guayos tuvieran un imán, el balón le empezó a llegar una y otra vez y él a repartirlo de primera intención. Hubo un instante que el equipo tocó el balón por más de un minuto, algo completamente inédito. El equipo lució fluido, sin llegar a ser una máquina hay que decirlo pero es que en esta anemia de fútbol cada pase de Neider es un glóbulo rojo. El partido caminó hacia el final dejando en claro que este equipo no tienen nada que ver con el apergaminado de hace un mes que entre Oreste, García y otras sombras armaron y prepararon a hurtadillas para no ascender; porque debemos afirmarlo y asumirlo; “Estos miserables directivos no querían que el equipo ascendiera porque necesitaban revolcarse este año envueltos en el placer oculto de la B”.
Este equipo después de tres meses volvió a sentir el piso firme de una victoria y aunque la realidad es que no le ganamos a nadie, ganamos bien.
Como si fuera Enero 30 recuerdo claramente y con tristeza el primer partido de mi rojo querido en segunda división; Schelone lanzó a Mendoza y este cruzó el remate para marcar el primero. Como si fuera ayer recuerdo que aquella noche pensé cándidamente que la segunda división sería solo una anécdota y hoy tres años después camino a casa con el peso de esta anécdota maldita convertida en historia.
Saludos y gracias por leer estas líneas.
MAURICIO BERMÚDEZ --- @MBER226