ESCALOFRIANTE

01.06.2017 08:22
27/05/2017

       BUCARAMANGA 1 AMÉRICA 0  

ESCALOFRIANTE

¡En esta nos salvamos! – Exclamó un infartado relator local cuando Silva, o al menos eso creí escuchar, estrelló en el palo un remate ansioso que fue el colofón de un primer tiempo en el que propios y extraños coincidieron que América dominó el juego y lo tuvo a punto de liquidar.

Aferrado al radio imaginando un partido antológico que solo existió en mi mente, recibí  el gol del Bucaramanga como una picada en la entretela del alma, que puso la sordina al ímpetu de mi absurda imaginación que no se cansaba de creer que el rojo jugaba bien, pasaba por encima del rival y regresaría a la casa vacía y lúgubre con los puntos, la clasificación radiante y un pequeño trecho entre las palabras América y descenso que años de dolor y complacencia las han intentado hacer sinónimas.

No fue así.  – ¡Jueputa! – El testimonio de los profesionales que inicialmente fueron vetados por una alcaldada ridícula presagiaba lo peor.  Las razones que llegaban directamente de la tribuna indicaban entre madrazos y lamentos, que el medio campo del rojo era un flan donde se derretían como un caramelo barato varios de nuestros hombres, jugadores o guerreros como los han bautizado. Y en las imágenes, que no dan cuenta de actitud, apenas se podía apreciar al profesor Torres rezongando por la pobreza del juego y la escasez de materia prima para intentar solucionar… Tan malo fue ese segundo tiempo, y tan tétrico el andar, que el profesor Torres en su afán de remediar lo imposible, traicionó uno de sus principales postulados como entrenador – “A mi goleador, nunca lo saco” –.  Cabizbajo, Martínez Borja dejó su lugar a Y O R L E Y S   M E N A.

¡Hágame el reverendo favor!

Muchas veces en el fragor de la desgracia escribí que éramos muy verracos si lográbamos salir del hoyo con jugadores como Blanco, Ramón, Dairín, Tardelis, Tapiero, por citar algunos.  Hoy, con pesar, debo escribir que somos muy verracos si salimos de la cornisa de ese mismo hoyo con jugadores como Monsalvo, Mena, Álvarez, Vásquez, y Angulo entre otros. ¡Qué vaina!

El partido terminó ante la euforia del pecoso Castro, la frustración de Torres, la felicidad de la hinchada local, y el desengaño del pueblo americano, el bueno, castrado y castigado sin clemencia por las ínfulas criminales de unas minorías que se proclaman en medio del efímero viaje aromático con puñal en mano como caudillos de rojo y verde. Por culpa de esa plaga, repito, minorías; los buenos, ustedd y yo, los hinchas de toda la vida, los rojos de siempre,  los que inculcan esta pasión a sus generaciones venideras, tendrán que esperar en casa explicándole al corazón que al Pascual, por ahora, no se puede regresar.

Hoy ganar, empatar y hasta perder daban como cumplido el objetivo secundario, clasificar. Para el objetivo primario, salir de la zona del descenso, ganar era un imperativo. Lamentablemente no se cumplió.  Esta sensación ambigua de entrar a pelear título cargando fracaso en el objetivo principal ya la vivimos… Fue en 2011, nunca tomamos con seriedad esa sombra de verdugo posada sobre nuestro escudo porque eso de descender era para otros... Por ahora seguiremos en zona de descenso, así salgamos campeones, al menos dos meses más… Aún recuerdo cuando una suave voz optimista me dijo: – Tranquilo, esto apenas comienza, faltan 19 fechas –.  Fue una tarde cálida de febrero después de empatar 0 – 0 con Rionegro en el Pascual… Pasaron los 19 partidos y la foto sigue siendo la misma. Escalofriante.  

Saludos y gracias por leer estas líneas

MAURICIO BERMÚDEZ / @MBER226

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