Noviembre 2 / 2015
CARTAGENA 1 -- AMÉRICA 2
EN VOS CONFÍO. . .
"Sos de la B me gritan, sos de la B me cantan; como si no lo supiera"
Tenía más cabello y la nieve inclemente del tiempo ni siquiera le asomaba. Su salud aún no recibía de frente los quebrantos que con el tiempo le aquejaron. Estaba joven, lucía joven y hasta inocente. Su voz siempre fue pedregosa y su corazón siempre americano. Hace once años dirigía la bandola que iba a levantar la estrella trece.
El rojo plagado de suplentes se organizó en la cancha para cerrar con un buen resultado la fase regular de nuestro último semestre en la B. Un partido flojo, de los que uno sabe que terminarán empatados. Poco juego, pocas emociones y un solo remate al arco rival: Tapiero a pase de Basto.
Ese año hubo una bengaliza tremenda en Bogotá. Rufai se marchó del rojo con la mochila llena de Avellaneda y nunca volvió. Jersson de un soberbio tiro libre anotó el gol 4.000; se lo clavó al vecino, al que le ganamos tres clásicos ese año. El equipo de reservas fue campeón. Ese año el rojo jugaba mucho fútbol, era un espectáculo ir a la cancha, el equipo era una máquina: ese año íbamos a ser campeones.
Entre el palo, Tapiero y Pluto se comieron el gol que abrió el marcador. El partido no iba a ser de trámite como creí. Cartagena mostró ambición por el resultado y adelantó sus líneas poniendo en jaque el medio campo donde Amilkar como un peón de rojo se multiplicaba. El profe respondió con Lucumí en lugar de Basto y el equipo reaccionó, fue suficiente la inclusión de uno de los titulares para cambiar la imagen opaca del juego. El rojo martilló sin mucha precisión en busca del empate y el sonido ambiente permitía escuchar de fondo a la tribuna que alentaba sin parar. Penal sobre Mercado que él mismo decidió ejecutar, manos en la cintura, taponazo al centro y un grito de gol contenido en su pequeño cuerpo. ¡Vamos rojo!
Sin embargo la orden siniestra del huracán y sus vientos cómplices llegó y fue radical: -- Ese equipo no debe ser campeón --. La plantilla y cuerpo técnico debieron enfrentar el cuadrangular final sin garantías y a pesar que hubo gallardía en los jugadores, el sabotaje estaba consumado y los miserables sepultaron uno de los mejores equipos del último tiempo, relegado aquel equipo maravilloso al repechaje de copa libertadores. ¡Eso no se olvida!
Estamos tan derechos que los suplentes remontan un juego. Tan derechos estamos que hasta Lasso marca goles. Tomó un rebote en el punto penal y remato de forma extraña. Se sacó su camiseta de encima, la lanzó y corrió desaforado mostrando su enjutez en busca de brazos fraternos. Gol, gol, la tribuna deliró, este corazón aceleró su andar. La sensación indescriptible de sentir un gol de América me impulsó a saltar y cantar canciones del rojo que dicen que no importa el lugar, ni la categoría, que solo importa el amor por los colores. El rojo dio vuelta de nuevo, el equipo está listo para ascender.
Desde su exilio seguramente en silencio levantó el brazo pidiendo volver al rojo. La oportunidad no llegó, en cambio fue ignorado y hasta vilipendiado. El rojo descendió y el ascendió a dos equipos. Dicen que el fútbol da revanchas y tiene en sus manos y su cabeza la mayor revancha que el fútbol le puede dar. Esta vez no es para levantar un título en primera, esta vez es para escupir el pasado, subir a cristo rey a observar una ciudad entrera celebrando y quedar en la historia como lo iba a hacer 11 años atrás. Profesor Alberto Suárez, en vos confío. Sé que lo vamos a lograr juntos. En vos confiamos.
La noche del sorteo aportó otro tinte mágico al ascenso. Un cuadrangular arrecho se viene encima. Popayán, luego Cartagena, doble enfrentamiento con Bucaramanga y otra vez Cartagena para cerrar con Popayán. Los días de esta condena están por terminar. El equipo está listo para ascender: VAMOS AMÉRICA, EN VOS CONFÍO!
Saludos y gracias por leer estas líneas.
MAURICIO BERMÚDEZ --- @MBER226