EL PASCUAL BRAMÓ. . .

02.11.2015 21:04

Octubre 20 / 2015

             AMÉRICA 2 -- LLANEROS 1 

 

 

EL PASCUAL BRAMÓ. . .

 

                            "Sos de la B me gritan, sos de la B me cantan; como si no lo supiera"

 

 

Ahora un martes.  Por fortuna esto pronto acabará.  La mirada a la cancha buscando el balón que se perdió después de unos minutos iniciales de control y posesión.  El rojo extraviaba un poco la esencia que lo ha acompañado en las últimas semanas.  Había confusión, vértigo imaginario, pases tan inexplicables como ruines.  El rojo presentaba una faceta extraña. 

 

Llaneros, que en esta cancha sepultó la ilusión mentirosa de Umaña, encontró en un desvío de Canosa el gol que no vinieron a buscar.  Pluto debió sacar el balón del fondo reflejando en su rostro magullado la impotencia de quien no quiere perder.  Aunque el rojo no jugaba bien y estaba abajo en el marcador no era siquiera una posibilidad la derrota; con los minutos y la mano del entrenador la victoria llegaría.  Lastimosamente el primer tiempo terminó y no hubo tal reacción.

 

Suárez dejó por fuera a Tapiero e ingresó a Lucumi en un cambio folclórico pues dejó sin hombres la zona de recuperación.  El folclor le duró poco pues unos minutos más tarde forzado por un susto  grácil acomodó a Amilkar allí y sacó a un desconocido Néider.  Entonces el equipo mejoró.  Yesus intervino en el juego y los laterales cayeron como misiles por las puntas.  Mercado tuvo en su pie izquierdo un instante de gloria que derrochó y la resistencia del rival parecía sucumbir, sin embargo el juego entró en la  franja tétrica de imaginar la derrota, los caminos se cerraban, ni Ayron parecía estar cerca de lograrlo.  Canosa con el intangible de su juego ganó un tiro de esquina que Yesus cobró y Aníbal, repleto de verraquera cabeceó y re cabeceó marcando un gol mariguanesco que unos celebraban allá y él lo gritaba como propio retozando y estirando su camiseta.

La tribuna excitada cubierta de una manto soberbio, rojo como el alma e imponente como esta pasión,  bramaba el daleee daleee daleee daleee daleee roooojo empujando al equipo encima del rival. Que viva el Pascual, que viva este alcázar donde reposan instantes maravillosos de los años memoriosos, que viva América y su gente.  La energía mística de la tribuna hirvió en la cancha donde Lucumí y Aníbal recuperaron un balón que fueron llevando al frente con esmero potente y al final el uruguayo lo acariciara como acaricia el corazón de esta hinchada para marcar un gol de 12 mil voraces almas rojas que gritaron desde el tuétano de su alma: GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL.  Corrió a la tribuna y de un salto felino se entregó a los brazos fraternos de la hinchada que lo recibió y envolvió dejando una imagen conmovedora cual postal del ascenso que solo le falta un titular de periódico que diga ¡POR FIN!

Foto: Jorge Rotavisky

El Pascual se meció como otrora, el rojo volvió a remontar  y  la voz infernal regresó. Estamos cerca.  América está curando con una postilla de coraje las heridas profundas que dejaron años de vagabundería y las secuelas penetrantes de los sueros de Lara, las cometas de Umaña, la tarde cordobesa, el despropósito del chiqui y el verso general caradura.  

 

Falta poco y el Pascual repleto de almas ilusionadas volverá a bramar furioso como lo hizo hoy, esta vez para decir que América es campeón y está de vuelta.

 

Saludos y gracias por leer estas líneas.

 

MAURICIO BERMÚDEZ --- @MBER226

 

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