EL EMPATE NO ME ALCANZA. . .

24.11.2014 22:24

Noviembre 20 / 2014

        

 UNIÓN 2 -- AMÉRICA 2  

 

 

EL EMPATE NO ME ALCANZA. . .

 

"...Al fútbol se juega mejor con 10 que con 11..."  Helenio Herrera

 

Con la ansiedad propia del que espera una final continental, la fe inquebrantable del que anhela un milagro  y la impaciencia del que quiere respuestas inmediatas, pasó una mañana extraña por demás que se hizo llevadera por la música del rojo que invadió aquella oficina testigo de esta pasión.  La respiración fue acelerada y cortada por instantes, la atención dispersa tratando de controlar esta necesidad aberrante de verte.  Un resoplo suave mientras escuchaba la voz folclórica del narrador “…Señoras y señores, todo listo, todo listo. . . Se inicióóóóóoóóóóóóóó la fiesta del fútbol” (...)  

 

Intentando dibujar en mi mente el partido, mordiendo los nudillos de mi puño izquierdo escuché que la primera opción fue del rojo.  ¡Vamos América! Los comerciales interminables me forzaban a buscar en el teléfono y en la trasmisión local el gol del rojo que no llegó.  Pluto con su brillante nivel ponderado por el comentarista, se encargaba de guardar el cero en nuestro arco que sería la clave para lograr el resultado; primero nuestro cero, adelante ya veremos.  Preso de una ansiedad arrasadora, aterrado por los constantes “Nos salvamos ve" No sabía si creerle al narrador y comentarista que indicaban riesgo en nuestro arco o a este corazón rojo que me susurraba que estuviera tranquilo, que el rojo estaba cerca del gol y que en pocos minutos llegaría. 
 

El primer tiempo que dejó un hondo vacío se fue en ceros y con la expulsión del siempre inoperante Montaño.

Bebiendo agua cristal para mermar un poco la ansiedad y pidiendo ayuda divina para el diablo, la segunda parte inició vertiginosa con opciones de gol para ambos.  --El equipo juega bien-- dijo seguro  el comentarista, --Nos salvamos vé--  replicó el relator ante un error grave de Tardelis. Sentía, o tal vez quería creer que el equipo estaba metiendo y dejando el cuero en la cancha y eso me hacía ver la victoria cerca.  Peralta de forma miserable repitiendo el tres dedos de Bello, se tragó, se engulló el gol. 

 

♪♫ ohhhhh dame un esperanza ♪♫ ohhh ohh dame una esperanza, ¡El empate no me alcanza! ♪♫

 

Aún maltrecho por el desperdicio y al borde de la resignación una melodía maravillosa penetró mis sentidos: GOLAZO GOLAZO GOL, GOLAZO GOLAZO GOL DE TU ROJAZO.  Peralta tomó revancha y dibujaba a la distancia una sonrisa de satisfacción en el rostro del hincha. Luego Unión empató y el joven Lucumí hacía estremecer de nuevo los cimientos de esta pasión marcando el segundo.  Dios, América está sacando esto adelante con fútbol, sin tirar la toalla, sin agüevarse, con sangre en los ojos y los güeeeevos en la punta de los guayos.  ¡VAMOS AMÉRICA!  Y cuando el esfuerzo de un tarde memorable iba a recibir el premio con los brazos arriba del àrbitro, Tardelis entregó el empate que tuve que corroborar en radio, internet y tuiter, porque me resistía a creer que fuera posible tanta desdicha.  Lamentablemente todo es posible cuando tienes jugadores como ese.

Abatidos como los últimos soldados de una guerra cayeron al césped los jugadores que hoy metieron lo que no habían metido.  Abatido, postrado sobre mi escritorio, moviendo la cabeza de lado a lado en señal de desilusión terminó una jornada agría, avinagrada.  

 

Saludos y gracias por leer estas líneas.

 

 

MAURICIO BERMÚDEZ --- @MBER226

 

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